domingo, 24 de junio de 2007


La caligrafía, una disciplina odiada por los antiguos escolares: plumilla, tinta y blanco papel. No esta tan alejada nuestra caligrafía de las magníficas grafías orientales y como en ellas, en el rasgo de la pluma o del pincel queda limpiamente dibujada el carácter de la mano artesana. Mecánica repetida un millón de veces en la que el tiempo atroz depura el gesto que designa el alma.
Es probable que esta cálida desnudez de la caligrafía nos recuerde la tibieza de los mensajes orales y que su plástica estricta sea como la modulación de la voz en el habla, el artificio nos descubre además del mensaje, las ocultas intenciones del calígrafo.

viernes, 22 de junio de 2007

Creer


Todo lo que se barrunta existe porque para existir solo hace falta que alguien sienta que algo pueda ser por mas peregrino que fuere lo que sea que siente. Y tú no te sonrías incrédulo, esta pincelada doy para decirte, y muy seguro de ello estoy: al menos la mitad; y seguro me quedo corto; de todo lo que en firme crees creer se puede catalogar de simple ilusión.
Así pues creo que la mitad de lo que eres sólo es porqué tú te lo crees, lo que ya es creer hombre de mucha fe. Si no fuera por las radicales necesidades de los sentidos fuéramos gráciles ángeles, no sé si caídos o enaltecidos por esta fuerza misteriosa con que la imaginación nos dota.
No sería la cosa más que otro juego divertido sino fuera porqué en demasiadas ocasiones estas ilusiones nos gobiernan fuera de toda lógica y cuando estas ilusiones generan encontronazos con las de otros ilusos tenemos el lío asegurado.

domingo, 10 de junio de 2007

El Globo


Siento que la globalidad se me ha merendado y tengo el sentimiento de que todos hemos sido engullidos por esta particularidad de características excesivas. Nada de lo atesorado durante las vidas de varias generaciones sirve como defensa a la vulgaridad en la que nos ha convertido el encogimiento súbito del mundo. No pienso resistirme a todas las muertes anunciadas, la mía inclusive pues hoy tomé lo suficiente para pensar en positivo, igual así nace un niño y no el medrar interminable que siempre temí de un viejo andrajoso. Quizás este tiempo erizado de dificultades despierte al cuerpo sedado del bienestar y Lázaro vuelva a andar, aunque sea lento.
Estamos en esta fiesta perpetua honrando con contagiosa alegría a un muerto, comiendo de sus últimos obsequios, solemnemente esclarecido el hecho de que cuando acaben los festejos habremos de enfrentarnos a una realidad poco deseada. ¡Viva la fiesta!