lunes, 21 de enero de 2008

Viajar


Dejémonos de puñetas, viajar fue un impulso del hambre desde el tiempo de las amebas. Tiene huevos andar a pié unas leguas más allá si aquí tenemos la sabana lleno de tiernas y sabrosas gacelas.

Viajar por placer es un desvarío cultural, una mutante deformación de la razón. Viajar por Itaca para enterarse de lo que ya sabemos, que en todas partes cuecen habas. Aunque siempre quedará la bendita necesidad de justificar esta locura con criaturas literarias. Bendito seas Ulises pues sin moverme de casa hice el mismo viaje que tú ideaste inventando mil peripecias para justificarte ante tu señora Pene. Vaya un rollo le metiste.

Aquí vamos a por tabaco y no volvemos.