Parece que no se debe contar todo lo que se sabe pues hay fundamento para creer que no sabes todo lo que piensas saber. Así pues mejor asirse a las fugaces imágenes que esporádicas se asocian a unas discutibles verdades para asomarse a la emoción, autentico mito, tesoro escondido en humanos laberintos como constatación de su valor y rareza. Así estos destellos incomprensibles tienen alguna posibilidad de encender una luz donde el saber no llega.
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